giovedì 29 marzo 2012

Bienvenidos al norte


Photo: 123rf.com
Desde un punto de vista puramente táctico, podría ser un once titular muy respetable, aunque exageradamente devoto al ataque: cuatro defensas, dos medios protegiendo la retaguardia de la retaguardia y cuatro delanteros puros por arriba.

Para ser justos faltaría sólo el guardameta, pero la verdad es que su ausencia no importa en un equipo que ejemplifica los caracteres típicos del fútbol sudamericano: fantasía, genio y talento.

Aquello que, en el terreno de juego, sería muy difícil de alinear, es un once titular muy especial - futbolistas colombianos que entre diciembre y febrero abandonaron a su país para jugar en la Major League Soccer, la principal liga de los Estados Unidos.

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Si bien en el campo diplomático las relaciones entre los dos países han sido siempre buenas, sobre todo en la lucha contra el narcotráfico, es cierto que en aquello puramente futbolístico los americanos despiertan malos recuerdos a Colombia. El 22 de Junio de 1994 ambas selecciones nacionales se enfrentaron en Los Angeles, en la Copa del Mundo, y Estados Unidos ganó 2-1.

El equipo entrenado por Francisco Maturana fue aritméticamente eliminado y el capitán Andrés Escobar brutalmente asesinado 10 días después en Medellín, por culpa de un gol en propia puerta que condenó sus compañeros a una salida prematura desde la competición.

Pero hoy la América va a ser la nueva frontera de los futbolistas de Colombia que, con 28 jugadores, es el país extranjero más representado en la MLS.

Leyendo los nombres de los once que decidieron intentar la aventura norteamericana, no puede pasar inadvertido que tres de ellos - el defensa central John Lozano, el mediocentro ofensivo Roger Torres y el atacante Fernando Cárdenas - llegan desde el “América de Cali”.

La mala situación en que cayó el club, el más galardonado de Colombia junto a los Millonarios de Bogotá, es el reflejo de la crisis de la Liga Postobón. El pasado diciembre, por primera vez en 84 años de actividad y después de 13 títulos nacionales, el América bajó a segunda división colombiana.

Si la fuerte inestabilidad económica es un fenómeno bastante reciente, las mayores victorias se remontan a los años ochenta y noventa. Fue en ese periodo cuando el América disfrutó del apoyo del Cartel de Cali, organización líder en el narcotráfico mundial que se hizo con el control del club en el 1979.

Photo: Goal.com
En el 1995 la llamada Lista Clinton fue aprobada con el objetivo manifiesto de ahogar todas las actividades conectadas con el Cartel, y el América también estaba involucrado. En ese momento empezó su crisis, consecuencia de un boicot que aseguró que no contaría con el patrocinio de ninguna empresa.

La situación actual es desoladora. A principios de marzo el América aún debía ocho meses de sueldo a sus jugadores. Pero Juan Carlos Torres, agente del delantero Lionard Pajoy, ha revelado que los clubes que pagan puntualmente son la excepción: entre los insolventes están el Cúcuta Deportivo, que según se informa arriesga de quebrar; y el Once Caldas, ganador de la Copa Libertadores en el 2004.

Casi inevitablemente, muchos futbolistas de Colombia han tenido que realojarse. Por tanto, eligieron los Estados Unidos, donde la popularidad del fútbol está creciendo paulatinamente y donde dos leyendas como Carlos Valderrama y Leonel Álvarez llegaron en los años pioneros de la MLS.

Hoy en día el mejor ejemplo a seguir es el de Fredy Montero, atacante del Seattle Sounders. La prensa colombiana lo criticó severamente cuando dejó el Deportivo Cali para unirse a la franquicia americana. Tal y como cuenta él mismo: “Me acusaron de haber venido aquí sólo por dinero. Claro, en Colombia mi familia tuvo momentos duros. Pero no fue esa la razón principal.”

Mientras, en su país la percepción del fútbol de los yanquis ha cambiado. “Ahora tenemos la oportunidad de mostrar que esa liga es muy competitiva y tiene mucha calidad”, dice Montero.

Sin embargo, la presencia de colombianos tiene una importancia que va más allá del perfeccionamiento técnico de la liga.

El incremento de jugadores de América Central y de Sur puede ayudar a atraer ulteriormente la atención de la comunidad hispánica, siempre considerada un mercado deseable por parte de los propietarios de la MLS. No por fortuna, una notable porción de los derechos televisivos está en las manos de ESPN Deportes y Galavisión, dos canales en lengua española.

Desde esta perspectiva, el fichaje de John Alexander Valencia por parte del Chivas USA, la franquicia más latina de la liga, donde juega otro icono como Juan Pablo Ángel, parece una buena estrategia de marketing.

El defensa Hernán Partúz y la punta Luis Alberto Perea, hijo de Luis Carlos, se agregaron a la vasta comunidad de compatriotas del FC Dallas. Pero hay colombianos tanto en la costa Pacifica - Hanyer Mosquera en el Portland Timbers - como en la Atlántica - Lionard Pajoy en el Philadelphia Union, junto a Torres, y José Moreno en el New England Revolution, que fichó también a Cárdenas y Lozano.

Y mientras Jaime Castrillón ya marcó su primer gol con la camisa del Colorado Rapids, Rafael Robayo debutó con el Chicago Fire después de más de 200 presencias con los Millonarios.

Photo: Chicago-fire.com

Dejar el prestigioso club no fue una decisión fácil, pero jugar en la MLS “no es una oportunidad exclusivamente deportiva. Llegar en los Estados Unidos puede ser bueno también para mi familia. Es un cambio de vida y de cultura, y seguro que me dará un futuro luminoso.”

Seguramente, para quien creció donde se produce uno de los mejores cafés suaves del mundo será difícil ambientarse en la patria de Starbucks.

Pero en la vida nos acostumbramos a todo. Sólo nos basta seguir corriendo detrás de un balón.

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